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En un audio filtrado, el delegado de Bienestar en Durango revela la utilización de programas sociales con fines electorales mientras ejerce coerción sobre su equipo. La grabación muestra declaraciones contundentes: "La presidenta [Claudia Sheinbaum] me distinguió el año pasado para ser el encargado de la campaña aquí", admitiendo así su doble función como operador político y funcionario público.
El funcionario establece un sistema de control absoluto sobre programas como Sembrando Vida: "Se harán cambios administrativos para que todo dependa de nuestras oficinas centrales". Esta centralización coincide con sus amenazas a trabajadores: "Los que sé que me jugaron en contra... busquen casaco [empleo]", evidenciando que la permanencia en los programas depende de lealtades políticas.
En el audio, el delegado impone una "disciplina militar" y declara sin tapujos: "Aquí no somos librepensadores". Paradójicamente, mientras exige este control férreo, reconoce irregularidades en la operación: "Hay excesos en fertilizantes... se entrega a personas que no trabajan su tierra y lo venden".
La grabación muestra cómo el funcionario delega responsabilidades en una colaboradora llamada Damaris, a pesar de admitir: "No sé en qué gastan... Tengo maestría en Finanzas, pero no sé nada de lo que ustedes se dedican", revelando un manejo opaco de los recursos públicos.
Hasta ahora, ni la Secretaría de Bienestar ni el delegado involucrado han respondido a estas graves acusaciones que, de confirmarse, violarían el artículo 134 constitucional que prohíbe el uso de recursos públicos con fines electorales.