Yucatán, que por años fue sinónimo de paz y seguridad, vive un alarmante retroceso desde la llegada de Morena al poder en la entidad.
En menos de siete meses, la administración morenista ha desmantelado los logros que durante años colocaron a Yucatán como el estado más seguro del país. El deterioro ha sido tan acelerado que la entidad fue superada por Tlaxcala, según cifras oficiales del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
En el primer trimestre de 2025, Yucatán acumuló 390 denuncias por presuntos hechos delictivos, muy por encima de las 224 de Tlaxcala, que ahora ostenta el título del estado más seguro del país. El retroceso es aún más grave al considerar que Mérida, tradicionalmente reconocida como “Ciudad de la Paz”, ha sido expulsada del grupo de las diez ciudades más tranquilas de México.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) del INEGI, Mérida cayó hasta la posición número 12 en percepción de seguridad a nivel nacional, una caída contundente que deja en evidencia el mal manejo de las políticas de seguridad del actual gobierno estatal encabezado por Morena.
Aunque en la capital del estado operan tanto la Policía Municipal como la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), el gobierno morenista ha dejado claro que no ha sido capaz de garantizar la seguridad de los ciudadanos más allá del primer cuadro de la ciudad, limitando su capacidad de respuesta ante la creciente delincuencia.
Los datos no mienten: en diciembre pasado, solo el 31.5 % de los meridanos decían sentirse inseguros. Tres meses después, esa cifra se disparó a un 39.2 %, es decir, casi cuatro de cada diez habitantes ya no se sienten seguros en su ciudad. Mientras tanto, el porcentaje de ciudadanos que dijeron sentirse seguros cayó a 60.8 %, consolidando la caída de Mérida en el ranking nacional.
La inseguridad avanza y la confianza ciudadana se desvanece bajo la gestión de Morena. Lo que antes era motivo de orgullo para los yucatecos, hoy se convierte en una seria preocupación para miles de familias que ven cómo la tranquilidad de su estado se les escapa de las manos.