La Casa Blanca descartó este martes la imposición de cualquier forma de pasaporte sanitario de vacunación contra el coronavirus en Estados Unidos, pero dijo que las empresas privadas eran libres de explorar la idea.
"El gobierno no apoya ni apoyará ahora un sistema que requiere que los estadounidenses porten una credencial. No habrá una base de datos federal de vacunas ni un mandato federal que requiera que todos obtengan una única credencial de vacunación", dijo a la prensa la secretaria de prensa, Jen Psaki.
El debate sobre los llamados "pasaportes de vacunas" debe ser despolitizado al considerar los aspectos positivos y negativos de tener tal documento,
"Creo que lo importante es tratar de despolitizar el problema y mirar la privacidad, la salud y obviamente los beneficios económicos y encontrar una solución que no empeore aún más los problemas de inequidad y falta de privacidad", dijo el portavoz de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Stéphane Dujarric, en una conferencia de prensa. cuando se le preguntó cuál era la posición de la ONU sobre los pasaportes de vacunas.
Dujarric señaló que un pasaporte de vacunas podría facilitar la reanudación de los viajes y el comercio.
Sin embargo, dijo que el concepto de tener un pasaporte de este tipo genera preocupaciones sobre la privacidad y la inequidad que deben ser examinadas.
Este 6 de abril, el gobernador de Texas (EEUU, sur), Greg Abbott, emitió una orden ejecutiva que prohíbe a cualquier agencia estatal exigir a los residentes que compartan su estado de vacunación para obtener un servicio o ingresar a cualquier lugar, al igual que lo hizo la semana pasada el gobernador del estado de Florida (EEUU, sureste), Rick DeSantis.
“Nosotros continuaremos vacunando a más texanos y protegiendo la salud pública, y lo haremos sin interferir en las libertades personales de los texanos”, dijo Abbott en una declaración en la que anunció el decreto.
En marzo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) desaconsejó la implementación de pasaportes de vacunación.