El aumento de menores migrantes no acompañados incrementa la presión sobre el gobierno de Biden, ya que los centros de alojamiento están abarrotados. Unos 16.000 niños no acompañados están bajo la custodia del gobierno.
Un niño migrante de 9 años murió tras ser hallado inconsciente por agentes fronterizos estadounidenses en el Río Grande, que divide Estados Unidos de México, según se informó ayer.
El niño fue encontrado con su madre y un hermano, de 3 años, ambos también inconscientes, en una isla del lado mexicano del río por la zona de Del Río (Texas) el pasado día 20, de acuerdo con un comunicado de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos.
Los agentes administraron primeros auxilios y trasladaron a los migrantes a territorio estadounidense, donde la mujer y el más pequeño de los niños recuperaron la consciencia.
El otro menor, sin embargo, no despertó y fue declarado muerto más tarde por profesionales médicos en Eagle Pass (Texas).
Con la elección de un nuevo presidente en EE.UU., la situación fronteriza con México ha cambiado. Después de que Donald Trump combatiera duramente la inmigración, Joe Biden vuelve a permitir más cruces fronterizos. Aquí, una puerta en la valla fronteriza de la ciudad texana de El Paso se abre para varios migrantes de América Latina que ahora pueden entrar -legalmente- y solicitar asilo.
Pero a diferencia del pasado, cuando la mayoría de los migrantes eran adultos que viajaban solos, en el último tiempo cerca de la mitad son familias o menores no acompañados. La gran mayoría son devueltos a territorio mexicano pero a los menores solos y a algunas familias se les permite la entrada a Estados Unidos.
Con información de DW y EFE